Ayuno intermitente

Un protocolo de ayuno no es más que una redistribución de las horas a las que vamos a ingerir nuestras comidas a lo largo del día. Esto lo realizaremos teniendo en cuenta nuestra actividad diaria (trabajo, entrenamientos, obligaciones…) para poder adaptarlo lo mejor posible y que no nos vengan las pájaras a media jornada y nos veamos obligados a darnos un pequeño atracón que nos salve el momento. El ejemplo más claro de protocolo de ayuno intermitente es el que realiza la comunidad musulmana durante la celebración del Ramadán.

El protocolo de ayuno intermitente 16/8 o “Protocolo Lean Gains” (como se le conoce), es un protocolo basado en dos fases: una primera fase de 16 horas de duración en la cual no vamos a ingerir ningún alimento (generalmente suele coincidir parte de estas 16 horas con el periodo que dedicamos a dormir, para hacerlo más llevadero) y una “ventana de alimentación” de ocho horas, en las cuales repartiremos las calorías que debemos ingerir en el número de comidas que deseemos, aunque lo normal suele ser entre tres y cinco comidas para ese tiempo.

Durante el periodo que marquemos de ayuno no podremos ingerir nada que nos sume calorías al organismo, pero esto no significa que no podamos tomar absolutamente nada. De hecho, Berkhan comenta que podemos tomar café (preferiblemente sólo o con un chorro muy pequeño de leche), edulcorantes cero calorías, chicles sin azúcar o soda dietética (aunque yo, personalmente, tendría muchísimo cuidado con los refrescos denominados dietéticos).

 

 

Además, dentro de este periodo también podemos tomar infusiones (las hay de infinidad de sabores y aromas) que nos harán menos pesado estar bebiendo todo el tiempo agua y nos ayudará a descubrir nuevas alternativas líquidas para incorporar a nuestro día a día si, por ejemplo, queremos desengancharnos de los refrescos azucarados.

Lo ideal es que el periodo de ayuno coincida, en parte, con las horas que dedicamos a dormir, para que de esta forma pasemos parte de ese tiempo durmiendo y sin sentir esa llamada del hambre que en los primeros días es posible que podáis sentir al no estar acostumbrados.

Una vez pasadas estas semanas de acondicionamiento, tenemos dos opciones para continuar: o bien cambiamos a un protocolo de ayuno intermitente 14/10 (lo cual implicaría un paso más pequeño, pero a la vez más gradual) o bien dar el paso definitivo al protocolo 16/8. Las sensaciones que vayáis teniendo durante las semanas de ayuno 12/12 os irán orientando sobre cuál será la mejor alternativa para avanzar.