Beneficios de la leche de almendras

Una de las características principales de la leche de almendras es que no posee gluten, lactosa, ni colesterol. Sin embargo, tiene la misma consistencia que la leche de vaca, por lo que se puede utilizar de la misma forma. Y además tiene un antioxidante natural que ayuda a prevenir el cáncer y a retrasar los procesos de envejecimiento.

Tiene un alto nivel de fibra natural soluble e insoluble. De esta manera, protege la pared del intestino favoreciendo al colon, ayuda a regular la absorción de los azúcares y controla los niveles de colesterol.

La leche de almendras es el sustituto de la leche de vaca más nutritivo y completo que hay en la actualidad. Quienes desean perder peso, regular su colesterol o las personas que padecen gastritis, pueden incluirla en su dieta.

Ayuda a las personas con niveles altos de colesterol y triglicéridos. Mejora los niveles del colesterol bueno (HDL) y reduce los de colesterol malo (LDL). Reduce los niveles de colesterol el doble que el consumo de aceite de oliva. Además, fortalece el corazón.

 

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Es recomendable para tratar las diarreas y los vómitos. La leche de almendras, al tener un alto nivel de potasio, ayuda a recuperar el mineral perdido por enfermedades. La fibra de la leche de almendras protege la pared de los intestinos.

La vitamina B2 presente en la leche de almendras ayuda a que las uñas y el pelo se fortalezcan y que la piel tenga una mejor hidratación. Las almendras son un alimento bociógeno, lo que significa que contiene sustancias químicas naturales que pueden inhibir la correcta absorción y aprovechamiento orgánico del yodo.

La leche de almendras debe ser evitada por las personas con riesgo de baja función tiroidea. Ahora bien, el consumo de una cantidad moderada de leche de almendras todos los días, no tendrá efectos negativos en la glándula para las personas que tienen una función saludable de la tiroides.