El colágeno

La presencia de colágeno en la piel, ayuda a luchar contra el envejecimiento, además de proporcionar soporte a la capa superficial de la piel. A medida que se va envejeciendo, el colágeno comienza a debilitarse y desaparecer, dando lugar a la aparición de líneas de expresión, arrugas y pliegues, especialmente en el rostro.

Es importante saber que el colágeno se produce dentro de nuestro propio organismo siempre y cuando llevemos unos hábitos de vida saludable, como comer una dieta sana y equilibrada, hacer deporte, no fumar, no tomar licor y muchas cosas más.

La carne es un elemento nutricional principal en la dieta, como la de pollo, vaca, buey, cabra, venado, patas de cerdo, todas estas contienen altas cantidades de colágeno.  La gelatina posee casi un 90% derivada de la proteína del colágeno, además es baja en calorías.

frutas rojas como manzanas, cerezas, fresas, pimientos rojos, la remolacha, etc. Estos contienen licopeno, que además de ser un antioxidante, ayuda a la secreción de colágeno.

El cobre ayuda en la formación del colágeno en el cuerpo, por lo que resulta beneficioso aumentar el consumo de alimentos ricos en cobre, como vísceras, hígado, mariscos, ostras, verduras de hojas verdes, nueces y legumbres.

Para incrementar la producción de colágeno debemos comer frecuentemente frutos secos como almendras, avellanas y pistachos. Prácticamente todas las variedades de frutos secos contienen un alto contenido en proteínas; almendras, maní o nueces son claros ejemplos de frutos secos con altos valores de colágeno, gracias a los ácidos grasos Omega-3, Omega-6 y Omega-9.

Esta proteína se encuentra de manera natural en todos los animales y se considera una de las más abundantes en los mamíferos al cubrir alrededor del 25% de la masa de todas las proteínas de los representantes mamíferos del planeta. De tal forma, el colágeno es el encargado de que el roce entre las articulaciones sea correcto, al tiempo que incide en la frescura y preservación de la piel.